Lo que hay por celebrar

Si alguien me preguntara cuándo fue la última vez que celebré mi vida, podría decir con certeza que no lo recuerdo.
A muy temprana edad aprendí que mi existencia, si bien deseada, no era del todo motivo de celebración pues eran más importantes las responsabilidades y el cumplimiento de las obligaciones que me correspondían (que todavía me corresponden) así que me acostumbré a no celebrarme de ninguna forma. Después, por muchos años cargué con un dolor tan brutal y tan secreto que ya ni siquiera pensaba en algo que no fuera sobrevivir…incluso mi boda, que fue uno de los momentos más felices de mi vida, fue sumamente sencilla (ahora sé que subconscientemente no creía merecer ser feliz y mucho menos, festejarme)
Hoy, después de algunos años en terapia y de todo el trabajo que eso conlleva (que es un CHINGO) celebro haber sobrevivido pero sobre todo, festejo todos los días que aprendí a vivir a pesar de todas las pérdidas (la de Maya como la más profunda y dolorosa) y que en el camino no me perdí por completo.
Quisiera decir que ha sido un proceso individual pero sería un planteamiento inexacto, he estado acompañada de gente maravillosa (mi terapeuta es una de ellas) el amor de mi vida que se convirtió en familia, conocidos que se transformaron en amigos, amigos que ahora son cómplices y refugio, todos ellos han puesto luz y brillo a esta nueva vida en la que he construido una versión completa y llena de amor propio…por supuesto que ahora celebro, por supuesto que celebraré mi cumpleaños, mi existencia, todos los días que me resten en este plano por el simple hecho de que logré seguir viva, a pesar de todo lo que estuvo en contra.

La audacia

Los humanos en general, van por la vida asombrándose de todo lo que no les gusta como si no fueran ellos, la causa que genera el caos, por e...